Puede parecer una cuestión baladí, pero organizar tu nevera de una determinada manera la hace más eficiente y reduce su consumo de forma notable.
La nevera es uno de los electrodomésticos que tenemos constantemente en funcionamiento en nuestros hogares, por lo que su repercusión sobre la factura de la luz es bastante importante, como habréis podido comprobar de primera mano.
Dicho lo anterior y, conociendo que su consumo eléctrico oscila entre el 15% y el 30% del total de la factura, cuanto más optimicemos su uso más lo notaremos en nuestro bolsillo.
Optimiza el rendimiento de tu nevera
Lo primero que debemos tener en cuenta es que (obviamente) no consume lo mismo un frigorífico recién estrenado que uno que lleva funcionando varios años.
Si no disponemos de suficiente dinero para cambiarlo te recomendamos que intentes abrir su puerta solo cuando lo necesites, este consejo es aplicable para neveras de cualquier edad, pero crece en importancia cuando el electrodoméstico supera los 10 años.
Se estima que la temperatura óptima para una nevera oscila entre 2 y 3 grados, mientras que para los congeladores varía entre los -15 a -17 grados centígrados. En este sentido y dependiendo de su carga te recomendamos que mantengas el termostato al mínimo durante el invierno y lo subas durante la época estival que las temperaturas son más cálidas.
Otros dos aspectos básicos a vigilar son que la goma de la puerta selle bien para que no haya fugas y, mantener el frigorífico siempre limpio para evitar que se cree escarcha y hielo que fuerzan al electrodoméstico a trabajar más.
Asimismo debes vigilar el ventilador y la rejilla para evitar que se acumule el polvo y las pelusas que entorpecen su correcto funcionamiento.
Unido a lo anterior debes saber a la hora de organizar tu nevera, que al contrario de la creencia popular, un frigorífico lleno (dejando un mínimo espacio entre los alimentos) consume menos que uno medio vacío, ya que, en el segundo caso el aire no está tan frío y la pérdida cada vez que abrimos la puerta es mayor.
Cuando vayas introducir en la nevera un alimento recién cocinado déjalo enfriar a la intemperie antes de meterlo y, al contrario cuando descongeles algo hazlo en la nevera para aprovechar su baja temperatura, es una forma muy sencilla de optimizar su eficiencia.
¿Cómo organizar la nevera?
Las partes del frigorífico que menos enfrían son las estancias superiores y la puerta. De ahí cuanto más abajo mayor será el frío, por este motivo los cajones para los vegetales y frutas frescas suelen estar en las estancias inferiores.
Siguiendo esta norma básica en la parte superior deberías guardar los alimentos que no requieran de muy bajas temperaturas y según vayas bajando en los estantes los alimentos frescos o la carne y el pescado que soportan peor las temperaturas más altas.
Las bebidas que quieras tener muy frías también en la parte inferior, mientras que los cartones de leche, zumo o vino siempre mejor en los compartimentos habilitados en la puerta.
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